Son las 7 de la tarde en una calurosa tarde de primavera y va Larry caminando por una zona a las afueras de la ciudad, quiere salir y desestresarse y un buen paseo le cae bien. Ha sido una semana muy dura y el día a día lo tiene muy tenso, cuando se encuentra con Tommy de frente que va corriendo por las afueras de la ciudad, ambos se quedan mirando fijamente. Larry ve a Tommy que es un hombre alto y delgado tiene una camiseta licrada que muy fácilmente le marca su pecho, sus abdominales y se ve muy definidos gracias al sudor que empapa su cuerpo. Fue un click y está muy excitado.
Por otro lado, Tommy ve caminando a Larry, un hombre barbado y corpulento; le pareció muy guapo. Tommy salió de su casa con intenciones de hacer algo divertido en medio del campo, entonces decidió hablarle a Larry.
Tommy: Hola guapo, ¿qué tal? Te vi y no pude dejar pasar el hablarte
Larry: Hola, me pasó lo mismo, pero no me imaginé que pararías a hablar. ¿Cómo te llamas?
Tommy: ¿Soy Tommy y tú?
Larry: Yo soy Larry. Qué haces por aquí.
Tommy: Pues salí a correr un rato, sin embargo, me gusta ir por aquí porque está alejado de todo y bueno… Alguna cosa divertida que se pueda hacer estando tan lejos de todo.
Larry: Que rico, se me ocurren cosas que podamos hacer detrás de ese árbol y está un poco más oculto.
Al estar allí, Larry y Tommy empiezan a besarse de manera muy apasionada, empiezan a tocarse el uno con el otro, Larry le levanta la camisa y empieza a morder y chupar sus tetillas, a lamer su pecho y su abdomen, se estaba cumpliendo lo que había deseado, sentir y lamer ese cuerpo sudado que veía detrás de esa camiseta tan pegada. Tommy en cambio, se estaba centrando en tocarle su espalada, su pecho, le acariciaba la barba que le excitaba tanto.
Larry le baja el pantalón y ve su pene totalmente erecto; su boca se hacia agua viéndolo su pene, tenía la forma que tanto le encantaba, oscuro, curvado hacia arriba y con una simetría para su parecer “perfecta” entre la cabeza y el cuerpo. Luego vio sus testículos muy grandes y de pronto Larry decidió empezar a rosar su barba en ellos, a lamerlos de abajo hacia arriba y luego subir su lengua hasta llegar al glande. Ahí empezó a usar su lengua como él sabía. Empezó a mamarsela y sabía que la mejor forma de hacerlo es disfrutándolo, rosando la lengua de forma muy suave, en las partes más sensibles, en su glande, lubricándolo muy bien hasta que se sintiera muy húmedo.
Tommy estaba en un éxtasis de sensaciones, sentir su barba le encantaba, pero quería participar más en el encuentro. Así que de pronto le dijo:
– Acuéstate en el pasto.
Tommy, empezó a besarle y acariciarle por todo el cuerpo de forma un poco más ruda. Pasó su manos por el cuerpo mientras le besaba de forma salvaje. Bajó sus manos hacia su pantalón y notó que estaba empapado. Su vulva estaba totalmente húmeda y aunque un poco extrañado, se sintió aún más excitado y decidió lamer cada parte de una forma delicada y a la vez fogosa, desde la parte inferior decidió juguetear con la punta de la lengua, sintiendo la suavidad de cada parte, lamiendo y chupando como si fuera el manjar más delicioso. Larry no paraba de gemir y gritar ante semejante derroche de energía, mientras iba subiendo hacia su ombligo, hacia su pecho y hacia su boca. Entre gemidos y gritos, Simón escuchó aquel acto de desenfreno y se acercó a ver. Lo que vio le llamó demasiado la atención, esperaba encontrarse a alguien para desfogar y pasar un buen rato, pero aquel momento le encantó. Simón era un hombre muy tímido así que empezó a masturbarse entre los arbustos.
En toda la acción Larry se dio cuenta de lo que estaba pasando y al oído le dijo a Tommy:
– Hay alguien allí viéndonos ¿Qué hacemos?
Tommy se voltea a ver y dice:
– Ya lo vi ¿te incomoda?
Larry responde:
– Larry: Para nada, digámosle que se acerque.
Ambos le hacen señas para que se vaya y aquel hombre moreno, con una cara bastante tímida, pero a la vez con una expresión de morbo y deseo se acerca muy despacio.
Al principio Tommy no se sentía tan convencido de la idea, pero luego del primer beso quedó encantado con esos labios carnosos y suaves. Fue un beso que no recibía hace mucho tiempo y ya no quería despegarse.
Larry y Tommy se ponen de pie, mientras Simón se pone de rodillas y empieza a lamer los genitales de ellos dos. Después de unos minutos. Simón dice:
– Conozco un lugar cerca de aquí al que podamos ir y seguir de forma más cómoda.
Larry y Tommy asienten y se van los tres.
Mientras se acercan al lugar van ablando de sus vidas, ya que, a pesar de conocerse de nada, han congeniado perfectamente en sus gustos sexuales y están interesados en saber más de los otros.
Luego de 15 minutos, ha llegado al lugar; un club nocturno bastante escondido y de mala apariencia al exterior. El código de vestimenta para ese día es en ropa interior, los tres casi desnudos entran al lugar y allí se encuentran con un lugar oscuro, con muy poca luz, en que apenas se alcanza a ver a la gente que está entre suspensorios, arneses y máscaras.
Los 3 deciden dar una vuelta y a pesar de que Simón ya lo conoce, para Larry y Tommy era desconocido, pero intrigante. Lo han recorrido y han encontrado cuartos con sillones, otros con sillas tantra y columpios sexuales. Deciden entrar en uno de ellos y dejaron las puerta entreabierta, ya que querían un poco de privacidad, pero a la vez deseaban que se uniera más gente. Algunos se asomaban, pero ninguno quería quedarse, en ese momento están Tommy, Larry y Simón acariciándose, besándose, masturbándose sentados en fila, hasta que de repente llega Martín, decide empezar a participar tocándoles, no le interesa ahora mismo algo más allá de sentir los cuerpos sudorosos y calientes, pero de a poco su erección se va viendo más evidente. De repente se va poniendo más caliente la situación y Tommy decide acostarse en el sillón mientras Larry pone su vagina en la cara de Tommy. De a poco Simón va levantando las piernas de Tomás que está acostado boca arriba y empieza a lamer su ano, de forma muy suave, haciendo círculos y viendo cómo va dilatando, tanta excitación permitió que Simón le pudiera penetrar sin problema, además de usar lubricante y un poco de saliva que quedó mientras le estaba lamiendo. Empezó de una forma muy suave y de a poco el ritmo se fue haciendo más acelerado, le fue agarrando el cuello mientras se iba poniendo más intenso.
Martín fue un espectador y aunque al principio solo quería tocar sus cuerpos, tomó por detrás a Larry y empezó a lo puso en 4, lamió su vagina y luego a petición de Larry, empezaron a juguetear introduciendo solo una parte de su pene en Larry. Entrando y saliendo de poco, era una sensación extraña, como un corrientazo mini orgásmico. Mientras Larry y Tommy estaban siendo penetrados se estaban besando al golpeteo que sus amantes llevaban, luego de unos minutos, decidieron compartir la maravillosa escena ante todo el club.
Salieron al cuarto principal y en el sofá más grande de todos Simón fue el centro, ya que acostó boca arriba, mientras Larry se sentó en su cara para que lamiera y chupara sus genitales, Tommy y Martín se acercaron, levantaron las piernas de Simón, mientras se besaban y luego se turnaban para penetrarle. De repente más personas se acercaron e hicieron fila para continuar con aquel Gang Bang improvisado.
Después de varios minutos y en un momento en que se alejaron de la multitud Larry le propuso a Tommy:
Larry: Fóllame, reviéntame, quiero tu leche dentro de mí.
Él quería acabar sintiendo toda la leche de aquel cuerpo sudado y con esa camiseta blanca que vio al principio de la tarde. En un momento de mucha pasión y fuerza, Llegaron ambos a un orgasmo que no habían vivido nunca. Habían pasado 6 horas de éxtasis que para ambos parecieron 30 minutos.
FIN….
Luis Eduardo Vargas Calentura
Escuela Educación Sexual